Viaje a Sri Lanka y Maldivas

El té de Ceilán originó la llegada de portugueses, holandeses, árabes y británicos para el comercio de especies. Una mezcla de influencias nada ajena a la coexistencia actual de budismo, hinduismo, cristianismo e islam, y las respectivas maneras de vivir. Desactivado el conflicto entre la población de mayoría cingalesa y la minoría tamil que ocupa el norte de la isla, Sri Lanka vive un periodo de prosperidad. En un territorio que dobla el de Cataluña concentra montañas, bosques tropicales, plantaciones de té, cocos, caucho, un gran patrimonio cultural y uno de los puertos más activos del Índico. Durante el viaje se observan un enorme contraste de paisajes; En el interior, de camino a Nuwara Eliya, las plantaciones de té se combinarán con arrozales en forma de terrazas como los del pueblo perdido de Meemu. Se visitan vestigios de su pasado más glorioso como la fortaleza de Sigiriya y otros recintos de gran valor religioso y patrimonial como Anuradhapura, fundada en el siglo V a.C. y que fue ejemplo de ingeniería hidráulica. La belleza natural de Sri Lanka en los bosques tropicales, playas y el paisaje, así como su rico patrimonio cultural, la convierten en un destino de primer orden.