Viaje a Camerún. Tribus, sabana y selva

 

 

¿Porque proponemos Camerún?

 

Camerún cumple con la definición de Kapuscinsky de que África es todo un océano, un planeta aparte, todo un cosmos heterogéneo. No es por casualidad que a Camerún se la conozca como como el “África en miniatura” por su diversidad paisajística y cultural. Entre sus medios naturales hay playas, desiertos, montañas, volcanes activos, selvas forestales y sabanas. En el país habitan más de doscientos grupos étnicos y lingüísticos. Ciento treinta reyes, sultanes, ritos y formas de vida muy diferentes, un auténtico rompecabezas que goza de una gran estabilidad. En gran parte del norte del país está presente el lamidato, un sistema de gobierno islámico de tipo feudal con rígidas organizaciones sociales y medievales que ha sobrevivido a la colonización, y aunque están supeditados al gobierno central, los lamidos siguen ejerciendo su papel fundamental creando relaciones de vasallaje, impartiendo justicia y administrando las riquezas de sus súbditos. Las Chefferies del oeste de Camerún son poseedoras de un patrimonio histórico único, custodiado durante siglos por caciques tradicionales que son garantes tanto de la tradición como del vínculo entre el mundo de los ancestros y de los vivos. La infraestructura turística es limitada pero los atractivos son muchos. Desde las playas de Kribi y Limbe, los paisajes lunares de Kapsiki, los parques nacionales y reservas de fauna, la densa selva y las montañas, hacen que Camerún sea un destino para el disfrute de una minoría.